Atrás quedó la playa de ese pequeño pueblo gaditano.
Por la calle cuchicheaban al pasar los nuestros: ¿de donde han salido estos jóvenes tan "buena gente"?
Enarbolaron con orgullo la bandera de una sana juventud.
Quien hubiera podido estar en esa fiesta de blanco y noche!!!!
Y tempranito salieron, con ganas de conocer "la gran mezquita de Córdoba". Una vez allí, el lugar, su historia, sus estrechas calles, se convirtieron en escuela viva. Pero no acabó aquí la clase. Continuó en Jaén, la llamada "Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Jaén, Guarda y Defendimiento de los Reynos de Castilla". El descanso fue de oración en Martos ante la tumba de aquella mujer que dio su vida para que sus hermanas la salvaran, M. Victoria.
El día no podía acabar mejor: en la feria del lugar. Allí se llama "feria" a muchos "boliches" juntos, alternados por juegos, bares y atracciones